Estimado lector, me es muy
grato saludarle nuevamente. En ésta ocasión, me gustaría analizar la
comunicación no verbal de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos
de América. Pues es un tema muy actual e importante no solamente para el pueblo
norteamericano, también para el resto del mundo. Después de mirar fragmentos de
los tres debates, elegí el segundo, el cual –a mi juicio- presenta detalles
interesantes.
Donald
Trump
Es un tipo duro en los
negocios y que no se tienta el corazón para lograr sus objetivos. Se le nota en
la ausencia de sonrisa en su cara. En los tres debates utilizó un traje azul,
acompañado de una camisa blanca de mancuernillas, proyecta poder, demasiado
poder. Lo único que cambia es la corbata, puede ser azul rey o roja (hace
muchos años solamente los utilizaba la realeza, pues resultaban muy caros teñir
las prendas de esos colores). Utiliza como pin la bandera de los Estados
Unidos, para comunicar patriotismo. Es arrogante y autoritario. Se le puede
notar en sus gestos:
Junta y proyecta los labios haciendo que la
boca se vea más chica. Citando a Allan Pease es “…una señal de superioridad.
Los labios fruncidos es una expresión que todavía hoy utilizan los ingleses,
cuando creen sentirse intimidados por personas de categoría inferior […]
Enrique VIII popularizó éste gesto como una señal de estatus elevado”
Presenta muchas expresiones faciales de asco,
enojo y desprecio. Son las emociones que constantemente se filtran en su cara.
Emociones características de personas con alto estatus social y lo que comunica
es que no tiene necesidad de adaptarse a los demás ni a las reglas. Junta y
baja las cejas, un signo típico del enojo, que intenta controlar. La expresión
facial de desprecio tiene 2 funciones: señalar que se siente superior y deshabilitar
los ataques de Clinton.
Gesticula con ambos brazos. Comenzó utilizando
el lado emocional del cuerpo (brazo y mano izquierda) y luego -al sentirse incómodo- optó por el
lado racional del cuerpo (lado derecho) rasgo que le va muy bien con sus
mensajes verbales duros y prepotentes.
Es dominante. Camina por el escenario, se
muestra abierto, confiado, mostrando la parte frontal de su cuerpo. Excepto en
el minuto 1:12:22 cuando presenta un movimiento de hombros de derecha a izquierda
como una manera de desplazar la ansiedad que siente y luego presenta
repentinamente un cruce de brazos parcial tomando con la mano derecha su
antebrazo izquierdo. Gesto que indica dos cosas: un intento de calmarse y una
barrera de tipo racional, es decir, que no concuerda con lo expresado por
Clinton como respuesta a la pregunta que formuló el público.
Sus ademanes son naturales, no se ven tan
meditados como los de Clinton. Se ve incluso, inexperto y demasiado emocional,
característica que puede considerarse una fortaleza, ya que conectar rápido con
el auditorio. Pero la brillante estrategia de Clinton ha hecho que se perciba
ésta característica como un defecto: ¿cómo alguien con tan poco dominio de las
emociones puede aspirar a dirigir un país tan poderoso?, ¿Cómo le vas a poner
al alcance de la mano un botón rojo que dispara armas nucleares?
El dedo índice que utiliza con frecuencia,
citando a Turchet es “el dedo del yo, de la autoridad” no duda en ningún
momento en señalar, en utilizarlo como un látigo.
Le da la espalda a Clinton. El ser humano
comprende a la edad de 5 años que se le da la espalda a lo que nos desagrada, a
los enemigos. La espalda en la dualidad corporal, tiene el significado de todo
lo malo, de las cargas.
En cuanto a sus elementos verbales: Es un
tipo que suele interrumpir constantemente tanto a los moderadores como a
Clinton, lo que denota también su prepotencia y personalidad dominante. Sin
embargo cuando se le pregunta sobre la grabación en donde expresa que besaba y
tocaba a las mujeres sin su consentimiento, se disculpa de dientes para afuera
y comienza a caer en desviaciones, es decir, no contesta lo que se le pregunta
sino que habla sobre sus propuestas. No le conviene profundizar en ése asunto.
Hillary
Clinton.
Proyecta seguridad, se ve
que está muy bien asesorada y que tiene años de experiencia en debates. Se
presentó con un traje sastre azul marino con blanco para comunicar poder,
elegancia y sobriedad. Me hubiera gustado más que llevara falda (toda mujer
poderosa usa falda).
Su postura corporal es erguida en todo
momento, excepto cuando se sienta a la orilla del banco que le pusieron, para esperar
su turno para hablar; en ese momento se ve un poco falta de energía, cansada,
lo cual no es conveniente en alguien que aspira a la Presidencia de Estados
Unidos.
Ocupa preferentemente el lado corporal
izquierdo cuando gesticula, lo que le permite conectar con las emociones de los
votantes.
Utiliza bien las manos, sus ademanes son
asesorados y sin embargo fluyen naturalmente.
Junta el dedo índice con el pulgar para
señalar al público. Un gesto típico de oratoria. Que –según Rulicki- es un “ilustrador
de precisión […] indica que se conoce un tema o se establece un punto con
exactitud”
Utiliza el índice solamente como regulador
para solicitar su turno al hablar o para afirmar su identidad.
Una provocación brillante que realizó Clinton
fue invadir el territorio de Trump al momento de contestar una pregunta del
público. Se ve que a Trump no le gustó nada, de hecho, es en el momento del
debate en el que se le ve más incómodo.
La ganadora en los debates
ha sido Hillary Clinton, lo que no debería de extrañarnos. Se ve que aprendió
mucho en los debates con Obama, al trabajar a su lado. Tiene tablas en el mundo
de la política.
Donald Trump perderá por su personalidad,
por su arrogancia, porque hace caso omiso a sus asesores -ya que le cuesta
trabajo seguir instrucciones- y porque como dicen: por su boca muere el pez.
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