Es
un auténtico placer reunirme de nuevo con usted a través de éstas líneas. Hoy
hablaremos sobre detección de engaño, un tema apasionadamente práctico. Para
todos resulta importante saber si alguien nos está mintiendo. He tenido de
alumnos en éste tema a policías, doctores, criminólogos, abogados, peritos
poligrafistas, ajustadores de seguros, políticos, maestros, ministerios
públicos y madres preocupadas.
Cuando
busca detectar mentiras, ¿en qué se fija?, existen tantos mitos al respecto. Un
mito muy arraigado es creer que alguien miente porque rompe el contacto visual.
Dos científicos norteamericanos –Paul Ekman y Ralph Exline- han demostrado que
esto es falso. Hay mentirosos que pueden sostener por más tiempo el contacto
visual, aun cuando están mintiéndole en la cara. El contacto visual no es
confiable, sin embargo los ojos mandan muchísima información: una pupila
dilatada, los patrones de parpadeo que cambian, se presentan las claves de
acceso ocular de construcción visual o auditiva. Como los ojos, el resto del cuerpo
también presentará señales. Solamente hay que saber en que fijarse.
Las
ventajas de la detección de engaño mediante señales corporales son tres: bajo
costo comparado con las demás. No se requiere de un polígrafo o de alguna otra
máquina para detectar mentiras, y no es necesario solicitarle permiso a nadie
para hacer un buen ejercicio de observación. Muchas de las señales corporales
están a la vista de todos, incluyendo algunas reacciones fisiológicas. Hacer
una correcta detección de indicios de engaño requiere de conocimientos, pero
sobre todo de práctica. La confiabilidad de ésta técnica se estima en un 80%,
porcentaje logrado por agentes del servicio secreto norteamericano en una
prueba diseñada por el Dr. Ekman.
Sin
embargo, habrá que dejarle claro que no hay un solo indicio que sea una prueba
irrefutable de engaño. Son únicamente pistas para indagar más, nos servirán
para llegar a conclusiones. El cuerpo revelará lo que las palabras ocultan.
Una microexpresión facial, una
reacción fisiológica, una ligera variación en el tono de la voz, los indicios
más sutiles son los más importantes, eso lo sabe el experto en detección de
engaño, los observará mientras analiza las causas que pueden tener, las
emociones detonantes detrás del gesto y continuará su ardua labor en búsqueda
de la verdad; pregunta tras pregunta verificará las reacciones y tomará notas,
teniendo siempre presente los riesgos que corre de cometer un error.
El
ser humano a lo largo de su historia ha buscado el método de detección de
engaño perfecto. Ha utilizado diversas herramientas como el polígrafo, el
análisis de la voz, la actividad metabólica cerebral, el análisis gramatical de
textos y por supuesto, la detección de engaño mediante el lenguaje corporal y
la expresión facial. Todas las técnicas enumeradas tienen un margen de error,
no hay una técnica 100% confiable. Al igual que nuestra imperfecta capacidad de
mentir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario