¿Qué haría usted si pudiera
leer la mente?, ¿sería bueno o malo?, todo depende ¿verdad? Esa es la pregunta
que siempre hago empezando un curso o conferencia. Algunos responden –sería bueno,
porque permitiría que me anticipara-; otros, opinan que se enterarían de cosas
que no quieren enterarse. Todo lo que pensamos se ve reflejado en la forma en
la que nos movemos y en los gestos que hacemos. Las personas siempre están
comunicando algo,
Soy Enrique Cossío, me
apasiona todo lo que tiene que ver con la forma en la que nos comunicamos los
seres humanos. En especial lo que comunicamos constantemente sin palabras; con
los gestos, con la cara, con la ropa que nos ponemos, con los colores que usamos,
con las distancias y con el contacto físico. Ese es mi campo de estudio: la
comunicación no verbal. Y, a partir de hoy, tengo la misión de enseñarle a
través de ésta columna a comunicarse mejor y a leer la mente.
Todo empezó hace 8 años,
cuando como regalo de cumpleaños mi esposa me dió un libro llamado “El lenguaje
de la seducción” su autor se llama Philippe Turchet , simplemente cambió mi
vida y la forma de mirar a las personas. En sus páginas aprendí que según un
estudio realizado en la Universidad de California en los Ángeles en 1972, de
todo el proceso de comunicación, 55% es comunicación no verbal, 38% son
elementos vocales y solamente 7% corresponde a las palabras que decimos. La
comunicación es un todo integrado, no se puede desligar la comunicación no
verbal de la comunicación verbal, van juntas, aunque a veces pueden resultar
contradictorias y, déjeme decirle algo más; cuando hay una contradicción entre
los gestos y las palabras, las personas confiarán más en sus gestos. ¿Había
pensado en eso?
Todos los políticos y los aspirantes
a cargos de elección popular están comunicándose constantemente. Si usted
aspira a ser un político de alto nivel, sería bueno que empiece a concebir la
comunicación en dos sentidos: lo que está transmitiendo con sus palabras y con
sus gestos, y la interpretación que le da a los mensajes que recibe (casi
siempre de forma inconsciente) de aprobación o desaprobación de las personas
con las que interactúan. Esto le permitirá comunicarse mejor, ser más
congruente y ganarse a las personas.
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