viernes, 1 de julio de 2016

JUEGOS DE PERCEPCIÓN. LA PELÍCULA...

Hola amable lector, es un gusto volverlo a saludar. Hoy lo voy a invitar al cine, verá una película que aún no se estrena, solamente existe la intrincada historia encerrada en mi cabeza y a partir de éste momento, también en la suya. Como yo soy el productor de la misma, me reservo el derecho de elegir a los actores. Póngase cómodo y visualícese por un momento leyendo la presente columna. Poco a poco, su ambiente se va transformando en una sala de cine espectacular, muy cómoda, como la mejor sala de cine vip que conozca. Y mientras observa con atención la pantalla, puede oler el delicioso aroma de palomitas de maíz recién hechas. De pronto, la luz comienza a disminuir en intensidad mientras puede observar que en la pantalla se proyectar algunas imágenes y escucha la banda sonora, ¡Corre película!
La trama se desarrolla durante las elecciones de un lejano país europeo en el año 2018, los roles principales son dos: Un analista en comunicación no verbal que fue contratado para descubrir la verdad por uno de los medios de comunicación opositores al régimen (yo le daría el papel a Robert Downey Jr. El mismísimo Sherlock Holmes)  y una rubia y bellísima consultora en imagen pública de profundos ojos azules (que tal Emma Stone) cuyo trabajo consistirá en presentar al candidato oficial, como el ideal para ocupar la Presidencia (me gustaría que fuera Leonardo Di Caprio, en un papel similar al lobo de Wall Street). Nuestros personajes principales utilizarán todas las herramientas que tienen a su disposición para alcanzar sus objetivos.
Durante la primera reunión,  la consultora de imagen descubre que su cliente tiene ciertos rasgos de psicópata, que sabe mentir muy bien, que manipula a las personas y que le interesa solamente el poder y el dinero. También hay ciertos datos que lo vinculan con el escándalo mundial de los Panamá Papers ocurrido en el ya lejano 2016. Sin embargo su trabajo consistirá en hacerlo pasar como un político decente (¿existirán?) y fabricará los estímulos necesarios para convencer a la multitud de que voten por él. Se servirá de las técnicas más recientes de la mercadotecnia política y de la Imagología para persuadir a los votantes. Presentará lo mejor de él y ocultará en lo posible sus rasgos de villano.
Por otro lado nuestro héroe, el analista en comunicación no verbal, observará cada gesto que haga el candidato. Se pasará horas allegándose de información, viendo videos, tratando de definir una norma corporal, conociendo la esencia y la trayectoria del político.  El cuerpo revelará lo que las palabras y las horas de asesoría ocultan. Una microexpresión facial, una reacción fisiológica, una ligera variación en el tono de la voz. Sabe que los indicios más sutiles, los más inconscientes, son los más importantes…
Obviamente a lo largo de la historia los personajes principales se van a enfrentar en una encarnizada batalla de conocimientos hasta que uno de los dos resulte ganador. En ésta película no hay romance, aunque los dos protagonistas se sienten atraídos poderosamente, la ética de sus disciplinas y el riesgo de revelar información importante flota en el aire. Hay mucho en juego y ninguno quiere destruir su reputación.
Aún no sé cuál es el final de la película, no lo he escrito. Necesito informarme más para poder culminar la historia. Lo único que sé es que los consultores en imagen pública se parecen mucho a los consultores en comunicación no verbal. Los dos vivimos en un mundo paralelo, estudiamos disciplinas similares, analizamos e interpretamos a las personas y producimos estímulos, cada quien con objetivos muy particulares, cada quien con sus metodologías. Sin embargo, comunicación es imagen e imagen es comunicación.

Espero que le haya gustado la película. Nos leemos pronto.