domingo, 23 de octubre de 2016

CLINTON Y TRUMP. LENGUAJE CORPORAL AL ESTILO AMERICANO.

Estimado lector, me es muy grato saludarle nuevamente. En ésta ocasión, me gustaría analizar la comunicación no verbal de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos de América. Pues es un tema muy actual e importante no solamente para el pueblo norteamericano, también para el resto del mundo. Después de mirar fragmentos de los tres debates, elegí el segundo, el cual –a mi juicio- presenta detalles interesantes.




Donald Trump
Es un tipo duro en los negocios y que no se tienta el corazón para lograr sus objetivos. Se le nota en la ausencia de sonrisa en su cara. En los tres debates utilizó un traje azul, acompañado de una camisa blanca de mancuernillas, proyecta poder, demasiado poder. Lo único que cambia es la corbata, puede ser azul rey o roja (hace muchos años solamente los utilizaba la realeza, pues resultaban muy caros teñir las prendas de esos colores). Utiliza como pin la bandera de los Estados Unidos, para comunicar patriotismo. Es arrogante y autoritario. Se le puede notar en sus gestos:

Junta y proyecta los labios haciendo que la boca se vea más chica. Citando a Allan Pease es “…una señal de superioridad. Los labios fruncidos es una expresión que todavía hoy utilizan los ingleses, cuando creen sentirse intimidados por personas de categoría inferior […] Enrique VIII popularizó éste gesto como una señal de estatus elevado”

Presenta muchas expresiones faciales de asco, enojo y desprecio. Son las emociones que constantemente se filtran en su cara. Emociones características de personas con alto estatus social y lo que comunica es que no tiene necesidad de adaptarse a los demás ni a las reglas. Junta y baja las cejas, un signo típico del enojo, que intenta controlar. La expresión facial de desprecio tiene 2 funciones: señalar que se siente superior y deshabilitar los ataques de Clinton.

Gesticula con ambos brazos. Comenzó utilizando el lado emocional del cuerpo (brazo y mano izquierda)  y luego -al sentirse incómodo- optó por el lado racional del cuerpo (lado derecho) rasgo que le va muy bien con sus mensajes verbales duros y prepotentes.

Es dominante. Camina por el escenario, se muestra abierto, confiado, mostrando la parte frontal de su cuerpo. Excepto en el minuto 1:12:22 cuando presenta un movimiento de hombros de derecha a izquierda como una manera de desplazar la ansiedad que siente y luego presenta repentinamente un cruce de brazos parcial tomando con la mano derecha su antebrazo izquierdo. Gesto que indica dos cosas: un intento de calmarse y una barrera de tipo racional, es decir, que no concuerda con lo expresado por Clinton como respuesta a la pregunta que formuló el público.

Sus ademanes son naturales, no se ven tan meditados como los de Clinton. Se ve incluso, inexperto y demasiado emocional, característica que puede considerarse una fortaleza, ya que conectar rápido con el auditorio. Pero la brillante estrategia de Clinton ha hecho que se perciba ésta característica como un defecto: ¿cómo alguien con tan poco dominio de las emociones puede aspirar a dirigir un país tan poderoso?, ¿Cómo le vas a poner al alcance de la mano un botón rojo que dispara armas nucleares?

El dedo índice que utiliza con frecuencia, citando a Turchet es “el dedo del yo, de la autoridad” no duda en ningún momento en señalar, en utilizarlo como un látigo.

Le da la espalda a Clinton. El ser humano comprende a la edad de 5 años que se le da la espalda a lo que nos desagrada, a los enemigos. La espalda en la dualidad corporal, tiene el significado de todo lo malo, de las cargas.

En cuanto a sus elementos verbales: Es un tipo que suele interrumpir constantemente tanto a los moderadores como a Clinton, lo que denota también su prepotencia y personalidad dominante. Sin embargo cuando se le pregunta sobre la grabación en donde expresa que besaba y tocaba a las mujeres sin su consentimiento, se disculpa de dientes para afuera y comienza a caer en desviaciones, es decir, no contesta lo que se le pregunta sino que habla sobre sus propuestas. No le conviene profundizar en ése asunto.

Hillary Clinton.
Proyecta seguridad, se ve que está muy bien asesorada y que tiene años de experiencia en debates. Se presentó con un traje sastre azul marino con blanco para comunicar poder, elegancia y sobriedad. Me hubiera gustado más que llevara falda (toda mujer poderosa usa falda).

Su postura corporal es erguida en todo momento, excepto cuando se sienta a la orilla del banco que le pusieron, para esperar su turno para hablar; en ese momento se ve un poco falta de energía, cansada, lo cual no es conveniente en alguien que aspira a la Presidencia de Estados Unidos.

Ocupa preferentemente el lado corporal izquierdo cuando gesticula, lo que le permite conectar con las emociones de los votantes.

Utiliza bien las manos, sus ademanes son asesorados y sin embargo fluyen naturalmente.

Junta el dedo índice con el pulgar para señalar al público. Un gesto típico de oratoria. Que –según Rulicki- es un “ilustrador de precisión […] indica que se conoce un tema o se establece un punto con exactitud”

Utiliza el índice solamente como regulador para solicitar su turno al hablar o para afirmar su identidad.

Una provocación brillante que realizó Clinton fue invadir el territorio de Trump al momento de contestar una pregunta del público. Se ve que a Trump no le gustó nada, de hecho, es en el momento del debate en el que se le ve más incómodo.

La ganadora en los debates ha sido Hillary Clinton, lo que no debería de extrañarnos. Se ve que aprendió mucho en los debates con Obama, al trabajar a su lado. Tiene tablas en el mundo de la política.


Donald Trump perderá por su personalidad, por su arrogancia, porque hace caso omiso a sus asesores -ya que le cuesta trabajo seguir instrucciones- y porque como dicen: por su boca muere el pez.