Me
da mucho gusto dirigirme a ustedes de nueva cuenta. Hoy analizaremos una
expresión facial de las universales que, en general, pensamos que transmite
emociones positivas, la sonrisa.
Desde
el siglo IXX un neurofisiólogo francés de apellido Duchenne realizó
investigaciones respecto de los movimientos que hacía la cara. En particular le
intrigaba el hecho de que las personas sonreían incluso cuando estaban tristes,
así que se dedicó a investigar cual era la diferencia entre una sonrisa genuina
y una falsa. Después de numerosos experimentos con cadáveres y con una persona
que sufría de parálisis facial, llegó a la conclusión de que en la sonrisa
genuina debían participar unos músculos sobre los cuales no tenemos control
consciente, los músculos orbiculares de los ojos. Un siglo después el Dr. Paul
Ekman -el experto número uno en el mundo de expresión facial- confirmó los
resultados de Duchenne. Desde entonces la sonrisa genuina también se llama
sonrisa de Duchenne.
¿Cuáles
son las características de una sonrisa verdadera? Las cejas bajan, las mejillas
se elevan, se nos forman las patas de gallo alrededor de los ojos, se nos forma
una arruga en el párpado inferior, se nos forma la arruga naso labial y por
último, puede haber exposición de los dientes o no. Si al sonreír cumple con lo
anterior, ¡felicidades! Su sonrisa viene del corazón. Si no es así, piense en
una vivencia agradable y surgirá una sonrisa espectacular. Distinguirá la
diferencia y los demás también.
¿Cuántos
tipos de sonrisa hay? Siéntese bien, porque se me va a ir de espaldas. Ekman estima
que hay alrededor de 18 tipos de sonrisas, que por lo general son una mezcla de
emociones o se utiliza para encubrir emociones negativas.
Curiosidades
de la sonrisa. Es la expresión facial más fácil de fingir, la que podemos
distinguir aunque pase muy rápido por la cara y la única que se puede ver a una
distancia de 100 metros. Increíble pero cierto.
Ahora
fíjese en los políticos o en los artistas, ¿quién tiene una sonrisa verdadera?,
¿quién no? Le aseguro que le irá mejor a aquella persona que sonríe
congruentemente. Su cara reflejará las emociones positivas que está sintiendo y
el público lo captará también de forma inconsciente.
Si
quiere influir en los demás sonría. Sonría y le prometo que las puertas se
abrirán, se sentirá mucho mejor y las personas se le acercarán, sonría hasta
que le duela la cara y después vuelva a regalarnos una sonrisa.
Ahora
me viene a la mente una canción de José Luis Perales que dice: con una sonrisa
puedo comprar, todas esas cosas que no se venden…Hasta la próxima columna.
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