Cuenta
la historia que un gran campeón norteamericano de ajedrez fue a disputar una
partida a la Unión Soviética en plena guerra fría. En un ambiente muy hostil y
con todo en su contra, se le ocurrió que podía sacar alguna ventaja cubriendo
sus ojos con unos lentes oscuros. Los soviéticos protestaron, pero, ante su
sorpresa, no había ninguna regla que hiciera referencia a ello, así que
tuvieron que jugar. Sin embargo, el golpe psicológico estaba dado. El
norteamericano ganó oculto detrás de unos lentes oscuros…Moraleja: en la guerra
y en el amor todo se vale, incluso tapar tus ojos.
Hola
amable lector. He decidido rendir un pequeño homenaje a una canción de Franco
De Vita y titular la columna “cuando tus ojos me miran”. Tal vez la haya
escuchado. ¿Cuántas canciones harán referencia a los ojos?, ¿por qué nos atraen
tanto?, ¿qué misterio hay en la mirada? quizá sea lo primero que observamos de
nuestra madre que llama la atención en la más tierna infancia. Cuando todo lo
vemos borroso, ahí están un par de luceros brillantes en su cara, prestándonos
atención como siempre y para el resto de nuestra vida.
“Los
ojos son el espejo del alma”. Ésta frase que se le acredita a Leonardo Da Vinci
está llena de verdad. A través de los ojos mandamos y recibimos una gran cantidad
de información. Analicemos algunas
señales.
¿Ha
escuchado de las claves de acceso ocular? Cuando el ser humano piensa mueve sus
ojos. Esto es parte de las aportaciones de John Grinder y Richard Badler –los
creadores de la Programación neurolingüística- Los movimientos que hacemos
hacia arriba y a la derecha son construcciones visuales; es decir, que la
persona está visualizando imágenes que nunca ha visto. Mientras que si los
mueve hacia arriba y a la izquierda está recordando imágenes. Cuando movemos
los ojos lateralmente buscando el sentido del oído, si es a la derecha son
sonidos que no se han oído hasta entonces. Si es a la izquierda recordamos
sonidos. Si alguien se queda con la mirada fija hacia algún punto del horizonte,
también visualiza. Cuando los ojos van hacia abajo a la izquierda se trata de
un dialogo interno, lo que llamamos comunicación intrapersonal. Si los ojos van
hacia abajo a la derecha se trata de experiencias sensoriales de tacto, de
movimiento, o emociones. Pero tenga cuidado antes de sacar conclusiones. He
escuchado a muchos investigadores tomarlo como una prueba contundente de que
alguien miente o no (la construcción visual). Grave error. Ninguna señal
corporal aislada indica engaño, solamente es una pista de que debería seguir
investigando. Grinder y Badler señalan que las claves de acceso ocular no
funcionan igual en todas las personas y que los zurdos probablemente las tengan
al revés. “Toda generalización en el ser humano es mentira”
Dentro
de los grandes mitos respecto de la detección de engaño hay quien señala que la
persona veraz sostiene el contacto visual y el mentiroso es incapaz de mirar a
los ojos. Sólo es un mito. Los investigadores norteamericanos Exline y Ekman
(cada uno por su lado) demostraron que un mentiroso puede sostener la mirada
por más tiempo que una persona veraz, por lo tanto, no debe considerarse un
indicio fidedigno de engaño. En cambio, el parpadeo sí.
Una
mirada fija y sostenida puede significar un reto tanto en hombres como en
mujeres, pero también puede ser una señal de interés sexual (tendemos a mirar a
las personas que nos atraen), ¿Cómo saberlo? Acostúmbrese a seguir las reglas
para leer la mente, de las que hablamos anteriormente. Para hacer una correcta
interpretación del lenguaje corporal debe tomar en cuenta el contexto en el que
se da la interacción.
Por
último déjeme contarle que hay tres tipos de mirada:
1.
La
mirada de negocios: Propia para relaciones profesionales (clientes, empleados, proveedores).
Mire a la persona con la que está hablando exclusivamente de la punta de la
nariz hacia arriba. La boca nunca, porque es una región erótica y no desea que
su cliente más importante mal interprete la señal ¿o si?
2.
La
mirada social: Propia para amigos, compañeros y familiares. Mire a la persona
desde el centro del pecho hacia arriba.
3.
La
mirada íntima: Propia para la pareja o el pretendiente potencial que ya ha dado
señales de interés. Mire sus ojos, luego mire su boca y retome el contacto
visual (mirada triangular). Se vale también mirar lentamente el cuerpo de la
pareja (de arriba hacia abajo y en sentido contrario. ¡Un escaneo total lleno
de intención!) deteniendo la mirada en pecho y genitales. Hágalo solamente con
las personas indicadas porque lo pueden acusar de miradas lascivas. Y eso yo no
se lo enseñé.
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