miércoles, 17 de junio de 2015

LOS PERSUASORES OCULTOS: VENDA MÁS CON LENGUAJE CORPORAL (PARTE 2)

En el mundo de las ventas hay una máxima que dice: “el 20% de los vendedores se lleva el 80% de las comisiones”. Éste principio fue enunciado por un economista italiano de nombre Wilfredo Paretto, quién planteó que existe una relación matemática de 20/80 entre las causas y los efectos.
El principio de Paretto nos permite centrar la atención en aquello que es verdaderamente importante en muchas situaciones. La pregunta es ¿qué hace diferente a ese 20% de los vendedores?, ¿Por qué son unos auténticos superestrellas? Las respuestas pueden ser muy variadas. Seguramente tiene que ver con la técnica de ventas, con el conocimiento que tienen sobre el producto o servicio que venden, con la experiencia, etc. Yo voy a centrarme en su lenguaje corporal.
“En la seducción, la parte más bella del iceberg no es en realidad la que está oculta, si no la que opera a plena luz del día.”. Ésta bellísima metáfora de Philippe Turchet, me sirve para explicar que vender es como seducir. Los mejores vendedores convencen mediante la emisión de un conjunto de señales corporales que llamaremos persuasores ocultos. Lo más curioso es que son señales que están a la vista de todos. De ocultos solamente tienen el nombre.
Lo primero que debe de cuidar es su imagen personal. Recuerde que la primera impresión jamás se olvida. Los seres humanos somos muy dados a juzgar a cualquier persona por lo que captan nuestros sentidos. Esto lo hacemos casi inconscientemente e influye poderosamente en nuestras decisiones. Un buen vendedor sabe que lo primero que debe de vender es a él mismo. Se trata de lucir bien sin exagerar. Un buen traje (o traje sastre para la vendedora) limpio y en buenas condiciones, camisa de vestir y corbata, para no fallar. De talla adecuada, es decir, que no le quede apretado o demasiado grande.
Las mujeres deben de evitar a toda costa la ropa muy corta o muy pegada. Su maquillaje debe ser lo más discreto posible. Se trata de dar una imagen profesional.
Los hombres de preferencia deben ir bien afeitados para evitar herir susceptibilidades sobre todo de las personas mayores que están acostumbrados a una imagen demasiado formal (además la barba hace que se pierda credibilidad)
Recuerde también que parte importante de la imagen es la higiene. El mal olor, el mal aliento pueden derrumbar un negocio que estaba casi cerrado y afectar sus relaciones públicas y comerciales.
Ármese de una hermosa sonrisa. Ya lo habíamos platicado en cierta ocasión, pero es importante recordarle que si quiere influir en los demás debe sonreír. Sonría y le prometo que las puertas del cielo se abrirán, se sentirá mucho mejor y los clientes lo buscarán y le darán muchas referencias de prospectos potenciales. Visite a su dentista periódicamente. Que no digan que tiene dientes de perla…escasos. Cuide también que su sonrisa sea auténtica, que venga del corazón. Las sonrisas falsas o de compromiso se identifican inmediatamente. Hacen parecer al vendedor ansioso o cínico, se ve desagradable.
El cuerpo abierto siempre será el más atractivo. Recuérdelo muy bien. La próxima vez que visite a un cliente evite cruzar los brazos o las piernas. Aunque hay muchas formas de interpretar un cruce de extremidades, existe el mito de que todo cruce implica un cierre a la comunicación. Hágase más consciente de lo que expresa su postura corporal. Que el cliente lo vea interesado y abierto a la interacción.
Asienta con la cabeza. Éste movimiento expresa que estamos escuchando a la otra persona y que estamos de acuerdo. Hágalo suavemente, siguiendo el ritmo de la voz de quien habla y verá los resultados.
Muestre las manos. Durante una conversación hay personas que suelen ocultar sus manos, lo cual es un grave error. Las manos son la encarnación del cerebro. Cuando no nos queremos comunicar las manos se ausentan lo que genera desconfianza en quien platica con nosotros.
Haga contacto visual. Mirar a los ojos tiene su chiste. Es importante que el contacto visual sea cómodo para el cliente. Mírelo a los ojos mientras escucha. Cuando llegue su turno de hablar mírelo al principio, después dirija su mirada hacia otro lado y luego retome el contacto visual. Mirar a los ojos permanente puede interpretarse como un reto o como una señal de atracción sexual. Cualquiera de las dos interpretaciones le resta puntos con el cliente.
Tenga cuidado con las distancias. En las ventas acercarse o alejarse demasiado resulta inadecuado. El cliente puede sentirse invadido o rechazado. Conserve una distancia en la cual ambos se sientan cómodos.

Espero que los persuasores ocultos le sean de utilidad. Felices ventas.

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