jueves, 4 de junio de 2015

DEFENSA PERSONAL Y LENGUAJE CORPORAL

Hola estimado lector. Hoy escribiré respecto de la utilidad práctica que los conocimientos en comunicación no verbal pueden tener en la prevención del delito. El presente análisis lo haré desde dos perspectivas: ¿cómo puede una persona disminuir la probabilidad de convertirse en víctima? Y ¿qué características evalúa un delincuente al seleccionar una presa? Espero que ésta información le sea de utilidad y la ponga en práctica cada vez que salga a la calle.
Encienda sus 5 sentidos y evite ser la siguiente víctima.
Mi papá siempre me lo ha dicho “detrás de la desconfianza vive la seguridad” la frase viene como anillo al dedo. Se lo aclaro, se trata de prevenir y no de volverse paranoico. Si ha tomado algún curso de defensa personal, el primer consejo que le da el instructor es que tome consciencia de todo lo que ocurre a su alrededor, que esté pendiente de cualquier situación sospechosa; por ejemplo, una camioneta con la puerta entre abierta o un carro estacionado con varios individuos adentro hablando por celular. Si va atento, esas señales deberían alertarlo sobre un peligro potencial. Evite en lo posible ir distraído, con la mirada fija pérdida en el horizonte (lo que indica que va visualizando), mandando o leyendo mensajes con el celular o escuchando música. La ventaja de un agresor siempre será el factor sorpresa.
Tome en cuenta también la comunicación no verbal de un delincuente; generalmente usan gorra y bajan la mirada o llevan lentes oscuros. Pueden atacan en pareja, mientras uno lo distrae, el otro busca ubicarse detrás de usted. Pueden viajar en una motoneta o bicicleta en contraflujo para facilitar el escape. Se acercan por atrás casi siempre.
La forma en la que ocultan el arma es variada; en caso de llevar una pistola puede esconder una o ambas manos dentro de las bolsas de la chamarra, estirar la sudadera o ladear el cuerpo (para evitar que sea visible). Si se trata de un destornillador, la señal de alarma es que uno de los brazos se mantiene rígido, apretado contra su muslo y no se mueve como el otro brazo al caminar. Si es una navaja o un cuchillo la mano en que la porta tiene los dedos cerrados hacia atrás de un modo poco natural. Mi recomendación es: cuide todos éstos mensajes y vaya atento a lo que sucede a su alrededor.
La presa fácil es la mejor ¿para qué complicarse la vida?
¿Qué buscan los delicuentes? El agresor observa previamente y define quién será su víctima. Busca una presa fácil, una persona descuidada o débil, tal como los depredadores en el reino animal. Según el estudio Grayson / Stein, publicado en la revista Psychology Today y en el Washington Post en 1984. La mayoría de los delincuentes no seleccionan a la presa por su raza, tamaño, edad o género. La seleccionan por la forma en que se mueve y la postura corporal que adopta. Alguien a quien pueda someter fácilmente para evitar en lo posible cualquier enfrentamiento.
Las presas fáciles reúnen las siguientes características:
      a)    Indicadores de sumisión y debilidad: Postura encorvada, ausencia de contacto visual.
      b)    Movimientos corporales vacilantes que transmiten inseguridad.
      c)    Caminan demasiado lento (inseguridad) o muy deprisa (nerviosismo o miedo).
Los investigadores llegaron a éstas conclusiones después de mostrar a varios reclusos videos de personas caminando por la calle y pedirles que escogieran una víctima para determinar si seguían ciertos patrones al respecto. Sorprendente ¿no?
La recomendación es que proyecte confianza en su lenguaje corporal, camine erguido con un paso suave y natural, a buen ritmo. Demuestre seguridad en cada uno de sus movimientos.
En mi curso de defensa personal una muchacha le dijo al instructor “ustedes los maestros de artes marciales caminan distinto…” Créame, sí caminan distinto que el resto de las personas. La confianza que les da sus conocimientos la proyectan.

Vaya atento y los chicos malos la pensarán dos veces antes de verlo como una víctima potencial.

En la próxima columna analizaré las expresiones faciales de uno de los psicópatas más conocidos, el asesino serial y violador norteamericano Ted Bundy. Acompáñeme… si no siente miedo.

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